Edward Hooligan, nunca imagino que su comportamiento fuera el punto de partida de las barras bravas. El quien se caracterizaba por ser un borracho, perezoso y poco amante del trabajo y protagonista de las peleas que existían en la capital inglesa.
Hooligan, armaba enfrentamientos con todo aquel que se oponía a su forma de consumir cerveza los sábados; un sinnúmero de grupos juveniles comenzaron a imitar a Edward generando el desorden y el caos social en nombre del naciente movimiento conocido como el "ultranacionalismo".
El mal ejemplo, que copiaron los ultras de Edward, se extendió rápidamente por Alemania, Italia, Holanda y Turquía, se hizo oficial en el Mundial de 1966. Durante este torneo los grupos conformados por hippies, rockers, teddy-boys, rude boys, hell-angels y hard-mods empezaron a transformar los estadios de fútbol en campos de batalla.
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